jueves, 3 de octubre de 2013

Por un mundo mejor

¿Es posible un mundo mejor?

¿Alguien ha pensado alguna vez en mejorar el mundo que conocemos?


Hago esta reflexión porque el otro día, por casualidades de la vida estuve viendo la película “Cadena de favores”, para quien no la haya visto aquí tiene un breve resumen.


No es sorprendente que la solución de nuestros problemas se encuentre simplemente en realizar tres buenas acciones, a tres personas diferentes.

Pues bien, ya sé que es una simple película y que no podemos basarnos en ella para acabar con: el paro, las guerras, el hambre, la corrupción ...

  Pero más allá del largometraje, si cambiáramos nuestra forma de actuar, dejando atrás los resentimientos, envidias, egoísmos... que caracteriza a la mayoría de los seres humanos en la actualidad, ¿sería posible mejorar el mundo que conocemos?

Muchos de los que estéis leyendo ésto, pensaréis, ¿qué es lo que pensará este tío ahora para poder intentar cambiar el mundo a mejor?

Después de deteneros en estas líneas, es hora de que os transmita cual es el motivo que me ha llevado a pensar todo esto.

El miércoles pasado, fui invitado por mi prima, a ser voluntario en una residencia que da acogida a los familiares de aquellos niños que se trasladan lejos de su domicilio habitual, para ser hospitalizados o recibir tratamiento médico de larga duración.
Dicha residencia recibe el nombre de “Casa Ronald McDonald”.
Lo primero que pensé cuando me lo propuso mi prima fue: “cómo quiere esta mujer que vaya a ese sitio si con solo mirar a alguno de los niños que estén por allí me voy a derrumbar, no voy a saber ni como responder ante la situación”.
Tras mucho pensarlo, finalmente decidí ir a la casa Ronald. Nada más llegar nos atendió por cierto, una mujer muy amable, que me mostró todo aquel espacio donde vivían, como bien he dicho antes, los familiares de los niños que están recibiendo tratamiento médico.
Una vez enseñado el alojamiento, me llevó a una sala de juegos donde habían 7 niños esperando impacientes a los voluntarios, nada más ver a mi prima los niños empezaron a reírse y a darle besos, los niños al verme junto a ella empezaron a preguntarme: ¿cómo te llamas?, ¿a qué te dedicas? … Todo esas preguntas con el objetivo de llegar a la última: ¿quieres jugar a la Wii con nosotros?
A medida que transcurrió la tarde iban apareciendo voluntarios, los cuales fueron muy simpáticos conmigo.
Estas personas estaban sacrificando parte de su tiempo, por ir a ver a todos esos niños.
Al final de la tarde me di cuenta de la gran labor que estaban haciendo todos esos voluntarios, permitiendo a todos estos niños, desvincularse totalmente durante un tiempo de su enfermedad.

Todas aquellas dudas que tenía al principio desaparecieron. Aquellos niños me dieron una lección. La vida, la armonía, la felicidad que se respiraba en esa sala solo se puede describir viviendo la experiencia.
Tras haber compartido este acontecimiento con vosotros,¿ no creéis que merece la pena ayudarnos los unos a los otros para hacer de éste, un mundo mejor?

Animo a todo aquel que quiera, a visitar la Casa Ronald o cualquier otro sitio donde se necesiten voluntarios, o simplemente ayudar a aquel que lo necesite, que muchas veces lo tenemos más cerca de lo que creemos, pero no nos paramos ni un segundo a mirar. 

Un saludo.

1 comentario:

  1. Emotiva historia la que he tenido la oportunidad de leer. Efectivamente coincido contigo, las personas deberían mostrar una cara más solidaria que sin duda alguna haría de este cruel mundo algo mejor. No comprendo a aquellas personas que no les gusta el ayudar o que simplemente no les causa buenas sensaciones, no lo entiendo.
    La película que comentaste no tengo la suerte de haberla visto, pero me la apunto para el futuro porque tiene buena pinta.
    Respecto al tema del voluntariado, en breves comenzaré a trabajar como voluntario en un evento, no será con gente con dificultades, pero la finalidad también será facilitar las cosas a otras personas que no conoceré de nada.
    Así pues, y para finalizar, mi manera de mejorar el mundo sería premiando más las actitudes buenas ya que últimamente, en mi opinión, se promueven las menos buenas desde sectores con altas influencias en la sociedad.

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