¿Es posible un mundo mejor?
¿Alguien ha pensado alguna vez en
mejorar el mundo que conocemos?
Hago esta reflexión porque el otro
día, por casualidades de la vida estuve viendo la película “Cadena
de favores”, para quien no la haya visto aquí tiene un breve
resumen.
No es sorprendente que la solución de
nuestros problemas se encuentre simplemente en realizar tres buenas
acciones, a tres personas diferentes.
Pues bien, ya sé que es una simple
película y que no podemos basarnos en ella para acabar con: el paro,
las guerras, el hambre, la corrupción ...
Pero más allá del largometraje, si
cambiáramos nuestra forma de actuar, dejando atrás los
resentimientos, envidias, egoísmos... que caracteriza a la mayoría
de los seres humanos en la actualidad, ¿sería posible mejorar el
mundo que conocemos?
Muchos de los que estéis leyendo ésto,
pensaréis, ¿qué es lo que pensará este tío ahora para poder
intentar cambiar el mundo a mejor?
Después de deteneros en estas líneas,
es hora de que os transmita cual es el motivo que me ha llevado a
pensar todo esto.
El miércoles pasado, fui invitado por
mi prima, a ser voluntario en una
residencia que da acogida a los familiares de aquellos niños que se
trasladan lejos de su domicilio habitual, para ser hospitalizados o
recibir tratamiento médico de larga duración.
Dicha
residencia recibe el nombre de “Casa Ronald McDonald”.
Lo
primero que pensé cuando me lo propuso mi prima fue: “cómo quiere
esta mujer que vaya a ese sitio si con solo mirar a alguno de los
niños que estén por allí me voy a derrumbar, no voy a saber ni
como responder ante la situación”.
Tras
mucho pensarlo, finalmente decidí ir a la casa Ronald. Nada más
llegar nos atendió por cierto, una mujer muy amable, que me mostró
todo aquel espacio donde vivían, como bien he dicho antes, los
familiares de los niños que están recibiendo tratamiento médico.
Una
vez enseñado el alojamiento, me llevó a una sala de juegos donde
habían 7 niños esperando impacientes a los voluntarios, nada más
ver a mi prima los niños empezaron a reírse y a darle besos, los
niños al verme junto a ella empezaron a preguntarme: ¿cómo te
llamas?, ¿a qué te dedicas? … Todo esas preguntas con el objetivo
de llegar a la última: ¿quieres jugar a la Wii con nosotros?
A
medida que transcurrió la tarde iban apareciendo voluntarios, los
cuales fueron muy simpáticos conmigo.
Estas
personas estaban sacrificando parte de su tiempo, por ir a ver a
todos esos niños.
Al
final de la tarde me di cuenta de la gran labor que estaban haciendo
todos esos voluntarios, permitiendo a todos estos niños,
desvincularse totalmente durante un tiempo de su enfermedad.
Todas
aquellas dudas que tenía al principio desaparecieron. Aquellos niños
me dieron una lección. La vida, la armonía, la felicidad que se
respiraba en esa sala solo se puede describir viviendo la
experiencia.
Tras
haber compartido este acontecimiento con vosotros,¿ no creéis que
merece la pena ayudarnos los unos a los otros para hacer de éste, un
mundo mejor?
Animo
a todo aquel que quiera, a visitar la Casa Ronald o cualquier otro
sitio donde se necesiten voluntarios, o simplemente ayudar a aquel
que lo necesite, que muchas veces lo tenemos más cerca de lo que
creemos, pero no nos paramos ni un segundo a mirar.
Un saludo.
Emotiva historia la que he tenido la oportunidad de leer. Efectivamente coincido contigo, las personas deberían mostrar una cara más solidaria que sin duda alguna haría de este cruel mundo algo mejor. No comprendo a aquellas personas que no les gusta el ayudar o que simplemente no les causa buenas sensaciones, no lo entiendo.
ResponderEliminarLa película que comentaste no tengo la suerte de haberla visto, pero me la apunto para el futuro porque tiene buena pinta.
Respecto al tema del voluntariado, en breves comenzaré a trabajar como voluntario en un evento, no será con gente con dificultades, pero la finalidad también será facilitar las cosas a otras personas que no conoceré de nada.
Así pues, y para finalizar, mi manera de mejorar el mundo sería premiando más las actitudes buenas ya que últimamente, en mi opinión, se promueven las menos buenas desde sectores con altas influencias en la sociedad.