lunes, 4 de noviembre de 2013

Reflexión sobre un fragmento del libro "Mal de escuela"

El motivo por el cual hemos escogido este fragmento del libro, es la gran similitud que hay entre la situación narrada por éste,  y la experimentada en algunas ocasiones por los miembros del grupo.
Cuando eres adolescente la  opinión que tienen tus amigos, compañeros... sobre ti,  influye notablemente  en tu comportamiento. En el momento en el que formas parte de una pandilla serás etiquetado (el guapo y deportista como ligón, el feo y regordete como el gracioso, el que saca buenas notas como empollón...). Una vez catalogado no hay vuelta atrás, tienes que cargar con ese papel hasta el final de tu pubertad. Pero antes de ser catalogado, transcurre un tiempo hasta que se van otorgando los papeles que va a desempeñar cada uno de los miembros del grupo, es en ese momento cuando llegan los problemas, pues nadie quiere ser el chaval humillado y triste al que nadie respeta. Ante este problema los adolescentes actúan como se describe en el libro (desafiando al profesor sin hacerle caso y buscando la risa de sus compañeros),pues  resulta irónico pero  el chaval que peor se porta en clase y más comentarios chorra suelta durante la lección, es luego el más laureado por sus amigos.
Por ejemplo, el profesor pregunta los ríos de España y uno de los alumnos empieza a decir, el Nilo, el Danubio, el Volga... ese alumno posiblemente se sepa los ríos de España, pero por no quedar de empollón, dice otros que no tienen nada que ver y así queda de "guay"; o cuando el profesor lanza una pregunta a sus alumnos, y un silencio inunda la sala por el miedo que tienen éstos a responderla, por lo que es más fácil callar.
Otra situaciones que producen muy a menudo es no hacer los deberes o sacarse el curso con el mínimo esfuerzo, padeciendo hasta el final. Todas esas actitudes de rebelde, te hacen perder puntos ante el profesor, pero hacen que tu popularidad suba como la espuma.
Cuando eres joven, el chaval que estudia y es responsable es un friky y un empollón, mientras que el adolescente rebelde es el más  popular y el que mayor atracción suscita.
Bajo nuestro punto de vista creemos que esos alumnos que actúan de esa forma, viven el momento, el día a día, no son conscientes de que todo lo que hacen, seguramente les repercutirá para mal en un futuro. Mientras, los que más se han esforzado durante esa etapa tan compleja, suelen conseguir los mejores porvenires.

La verdad es que es una situación un tanto absurda, aunque nunca es tarde para mejorarla.

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